lunes, 4 de julio de 2016

Del libro "Voces de mar y tierra"












LOS VIGILANTES
DE LA SEGURIDAD PRIVADA

Hombres y mujeres, solteros o casados,
a veces solitarios,
con sueños, proyectos y ambiciones
como todos los mortales.
Unos, que apenas comienzan
el fragoso periplo de la vida,
otros, ya maduros y más viejos,
que miran con apremio los fantasmas
de su imposible o próximo retiro.

Unos, nobles, serenos y abnegados,
otros viles, mezquinos y egoístas,
proclives al vicio y al abuso,
signados por el drama y la tragedia
y una que otra chispa de felicidad.
Unos, camuflados, con armas y violentos,
otros, con modestos bolillos y uniformes
que no alcanzan a espantar un mosco.

Víctimas también del desarraigo
en un país violento y sin cordura,
trabajando azorados noche y día
para cuidar los bienes de otros entes
que ocultan sus miserias, silenciosos.

¿Cuantas ilusiones rondarán por sus cerebros?
¿Cuántos desafueros y amargos desafíos?
¿Cuánta debilidad, cuánta bajeza?
¿Cuántos dolores lacerantes y escondidos?
¿Cuánta sublimidad, cuánto rencor,
cuánta venganza en sus pechos encendidos,
orgullosos, mal heridos o humillados?

Soy su conciencia, soy su prójimo,
y como ellos avanzo en el camino
que conduce a la desintegración,
donde la paz, sin engaños ni contornos,
nos saluda y garantiza cortésmente
el reposo inescrutable de lo eterno.

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