jueves, 4 de julio de 2013

Del libro "Abecedario poético"


P

Prepotente, pentágono y podrido
nos producen sensaciones repugnantes
que dependen de tu signo y existencia.

Placer, porno-erotismo y prostituta
nos conducen por caminos fantasiosos
frente a la hueca soledad que aplasta
con su garra inhumana y desmedida.

Se pierde o se gana por tu culpa
en palenques de dudosa pulcritud,
bajo el manto de una paz ficticia,
más cercana a la farsa que a lo ético.

Periféricas provincias de la oreja,
semialejadas de todo centralismo,
no tendrán tus propuestas peregrinas
en términos paganos y pagados
por los audio-cheques de la concurrencia.

Acolitas pandemonios y algazaras
en la siniestra capital del Báratro,
por la llegada de Papas y políticos
que no alcanzaron a pedir perdón.

Muchos otros disfrutan con el bien
de incontables riquezas, o la muerte,
dependiendo de tus artes oratorias,
vertidas sobre tiestos rebosantes
de ditirambos y falsos panegíricos.

Como símbolo químico del fósforo
eres incendio de tamaño cósmico,
que no puede apagarse con suspiros
ni lágrimas de amor condescendiente,
vertidas por ancianos cocodrilos.

Pactas con el Putas para tus brujerías,
negando o afirmando atávicos conceptos,
nacidos y extendidos como plaga
en las planicies de la imaginación,
por el prurito que tenemos todos
de conservar, por ignorancia o miedo,
cuando no por mezquinos intereses,
todo aquello que huele a sinrazón.