jueves, 29 de septiembre de 2016

Del libro "El panteón incompleto"







OLGA BENARIO

Ingeniosa e intuitiva,
invulnerable e inmortal.
Bella flor matutina,
favorita de guerreros
según la leyenda escandinava,
símbolo de entrega y de valor,
indoblegable ante la muerte,
como su sangre alemana.

Olga, la militante comunista,
solidaria en las luchas callejeras
contra las tropas hitlerianas,
siempre al servicio de la revolución,
firme y serena como La Internacional.

Compañera de Luis Carlos Prestes,
líder brasileño a quien amó.
Embarazada y madre
en las prisiones de la Gestapo
antes de ser enviada a Ravensbruck,
campo siniestro de exterminio nazi.

34 años “luchando por lo justo,
lo bueno y lo mejor del mundo”;
eso dijo frente a lo inexorable,
con tal fuerza que produce asombro.

Su recuerdo habitará incólume
en la memoria de los combatientes,
que seguirán su ejemplo libertario
con una rosa en el pecho
y un canto en el corazón.