TRIGESIMOCUARTO
YO
No
soy supersticioso,
pero
llevo mis amuletos
para
obtener protección
y
alejar todos los males.
Yo
soy mi propio adivino
y
me aconsejo constante
con
las fases de la Luna,
junto
a otros elementos
que
debo tener en cuenta
para
la buena salud,
quitar
las contrariedades
y
penas de toda índole.
Hago
té de milenrama
para
acabar con la gripa;
el
de lavanda me sirve
cuando
los nervios son débiles;
el
de salvia no me falla
contra
malas digestiones;
el
de romero es perfecto
por
ser un buen profiláctico;
el
de enebro, por diurético,
no
tiene comparación:
mejora
el flujo en la orina
y
da envidiable apetito.
Pero
lo más importante
es
no fiarse de uno solo
y
obtener varios al tiempo
mezclándolos
entre sí.
Agregar
un talismán
que
atraiga la buena suerte,
destierre
perros rabiosos,
detenga
las hemorragias
y
capture a los ladrones,
es
el sueño más preciado
que
anhelo hacer realidad.