domingo, 5 de mayo de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–35

Deskonfiemos del hombre sin debilidades
e inofensivas aberraciones sekretas,
porke alguien tan sobrio y klerikal
es más peligroso ke una pantera de Sumatra;
su cerebro mekániko y totalmente engranado
lo aleja de lo bello, humano y razonable.

Sin ser fumador, por ejemplo,
no eskapo al embrujo de una pipa
ke satura el ambiente kon perfumes
de indescifrable komplacencia.

Los fumadores de pipa y katadores de vino
son personas afables,
ke komparten sus historias kon amigos,
esposas o amantes.

Decía Thackeray: La pipa extrae sabiduría
de los labios del filósofo y cierra la boka del tonto;
genera una konversación reflexiva,
llana, benevolente y pensativa.

Kiero kompartir mi ocio
kon fumadores de korazón trankilo,
sean de pipa o cigarro,
aunke tengan las uñas feas
y se rasken de tanto en tanto su pronunciada kalvicie,
amén de otras pekeñas depravaciones íntimas,
pues tales personas no traen mala suerte
ni llevan okulto el síndrome del suicidio
komo un trofeo en reuniones sociales.

Por eso rekomiendo a las damas y efebos
el siguiente remedio infalible:
Kuando tengan difikultades
kon su enamorado de turno
y lo vean diskutiendo por tonterías
o hasta kosas importantes,
koloken una pipa en sus labios
mientras le dicen al oído:
Vamos, amor, deja ya tanta violencia
y disfruta de esta pipa
ke akompaño kon mis besos.
Las palabras y los besos talvez puedan fallar,
pero la pipa, ¡nunka!