miércoles, 5 de diciembre de 2012

Del libro "Libro nuevo"



BAJO EL MANTO DEMOCRÁTICO

Reprochan mis amigos las críticas que hago
a la oscura realidad que padecemos,
y me interrogan descaradamente:
–¿Tú que vives bajo el manto democrático,
has hecho algo para conservarlo?

A sus reclamos e interrogaciones
respondo imperturbable: Nada tangible.
Pero al dejar de hacer lo que otros hacen
sin que importen la ética y el tino,
vivo seguro de mi contribución.

No patrocino ejércitos privados,
no robo, no miento, no asesino,
no practico la desaparición forzada
ni garantizo inmunidad a los bandidos.

No extradito a los que deben responder
por las masacres de pueblos indefensos,
no propicio crímenes de Estado
ni engaño jóvenes con “falsos positivos”.

No uso motosierras contra los campesinos
ni hornos crematorios para su incineración,
no violento la Ley aunque se olvide
del más desprotegido y menos ducho.

No irrespeto las normas internacionales,
no hipoteco el buen nombre del país,
no bombardeo ni ametrallo a los vecinos,
no torturo ni disparo por la espalda
mientras insulto atadas a las víctimas.

No siembro minas antipersonales
ni secuestro ciudadanos por dinero,
no pretendo mutilar la Carta Magna,
no compro votos ni le tiendo trampas
a quienes denuncian mis arbitrariedades.

No violento los demás poderes públicos,
no soy de nepotismos ni de injurias,
no manipulo encuestas, no me vendo
y jamás descalifico a mis contrarios,
ni los estigmatizo con el santo y seña
para abrirles camino a los verdugos.

No pretendo perpetuarme en el poder
ni ser un miserable lacayo del imperio,
tampoco un troglodita enceguecido
por el sol del dominio y la soberbia.

Desapruebo la impunidad y la injusticia
practicadas por burócratas vasallos,
no envilezco la conciencia ciudadana
ofreciendo recompensas a soplones.

No hago alarde de mi credo religioso
ni ostento fantasmagóricas virtudes,
no ajusto a mis deseos los principios
ni enmudezco ante las atrocidades
cometidas por mis colaboradores.

Detesto las armas, la guerra y el cinismo,
no prometo lo que no pienso cumplir,
nunca espío a supuestos enemigos,
ni soy sordo ni ciego ante el corrupto.

No juro en vano buscando canonjías
ni me asocio con carteles de la droga,
no cultivo amistades con mafiosos,
ni busco la riqueza en mala forma.

No me siento un mesías, mucho menos
un monarca totalmente irremplazable,
no sesgo noticias ni compro periodistas,
no descarto que otros tengan la razón,
ni sostengo que mis opositores
sean apenas peligrosos terroristas.

Es tan larga la lista que no sigo
y prefiero regresar a las preguntas:
¿No les parece amigos
que al no incursionar en tales campos,
estoy contribuyendo abiertamente
al despliegue del manto democrático?