viernes, 23 de noviembre de 2012

Del libro "Libro nuevo"




SÓLO ESTE AMOR

Seguirán las guerras y los crímenes
como pan cotidiano en nuestras vidas;
se agostarán los árboles
y secarán los mares, los ríos y lo lagos.

De nuestra tierra escapará el oxigeno
descompuesto por bombas y volcanes;
todo será vendido, comprado será todo,
aún después de haberlo destruido.

La humanidad, esquelética y monstruosa,
navegará sobre sus propias ruinas
hacia el puerto de la desesperanza;
la esfera, putrefacta y nauseabunda,
será considerada solamente
como un pequeño punto matemático
en la insondable vastedad del caos.

Sólo este amor que te profesa ahora
mi desolado corazón apocalíptico,
sabrá permanecer indestructible
más allá de la miseria y de la muerte
que pronostica mi cerebro impávido
en el dudoso terreno de los sueños.

Del libro "Libro nuevo"



PEQUEÑA PALINODIA

Después de tantos años bajo el Sol
prefiero ser esclavo en el Infierno,
no monarca pusilánime del Cielo.

¿Reinar en un lugar tan gélido
donde la palidez del rostro se ilumina
con los cirios del arrepentimiento?

¿Ser amo de serviles y asexuados,
de vírgenes teóricas y anémicas,
que no por numerosas
son menos insípidas y tontas?

¿De un ejército de santos desgarbados?
¿Monarca de un reino impopular y frío
cuyas vías son estrechas y empinadas?

¿Comandante de seres infelices
que quizás fueron en vida
sustento de una chusma paridora?
¡Jamás me prestaré para esa farsa!

Trabajaré para mis emperadores:
demonios y diablesas afanosos,
camaradas de farras y maldades
conocedores de atávicos placeres
y alegrías de indecible marca.

Prefiero revolcarme con los réprobos
que padecen tormentos indecibles
en el fuego abrasador de lo profundo,
no togados con plegarias y crespones
que congelan la sangre entre las venas.

Prefiero apoyar los reyes púrpura
subversivos de normas y prejuicios,
no a tantos desgraciados vagabundos
buscadores, por senderos pedregosos,
de cantigas y salmodias celestiales.