lunes, 24 de septiembre de 2018

Del libro "Abecedario poético y otros tantos"


















LOS IMPRESCINDIBLES

Hay poetas cuyas formas son impecables
porque conocen y practican una sintaxis
que produce buena prosodia en sus escritos.
Con ellos, la entonación y la intención
son naturalmente musicales;
los acentos están en el lugar preciso,
no antes ni después.
Con métrica o sin ella
los versos tienen ritmo, aunque no rimen,
cadencia que los enriquece
porque la poesía es música y es canto.

Hay poetas cuyos textos están llenos de ideas
que los hacen importantes
y resistentes al paso de los siglos.
Hay también una tercera categoría de poetas
cuya forma y contenido son perfectos,
porque liman cada detalle, sin descuidar ninguno.
Esos son los imprescindibles.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Del libro "Abecedario poético y otros tantos"



















AMOR Y PENSAMIENTO

Tengo el pensamiento de un océano sin costas,
profundo como los abismos,
como las cumbres, limpio,
tranquilo como los lagos,
fluyente como los ríos,
con el verde esperanza de los bosques
y la fertilidad de las tierras tropicales.

Un pensamiento sin barreras,
amarguras, frustraciones ni resentimientos;
un pensamiento como las mieles del amor,
sin odios, venganzas ni contradicciones.

Amarte así, como lo hacen los peces,
las corrientes del mar y su oleaje,
sin comparaciones ni reclamos,
sobre un océano sin costas,
abismos y elevadas cumbres;
amor fluyente y tranquilo,
con el verde esperanza de los bosques
y la fertilidad de las tierras tropicales.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Del libro "Abecedario poético y otros tantos"


















EL PERFECTO NARCISO

No es el árbol ni la piedra
el perfecto narciso vanidoso;
no es el río ni la selva,
el mar, el sol, la luna o las estrellas.
Nunca el ave, que alegra con su canto
el entorno donde habita libremente,
en altas cumbres o fértiles praderas.

Tampoco el universo en su conjunto
es el narciso fastidioso y zafio
que maltrata, en fatuidad creciente,
los pasos que cubren el sendero
de las acciones y los elementos.

Es el poeta el narciso por esencia,
olvidado del mundo donde yace
cojo y manco, sordo y ciego,
ante una realidad que lo atropella;
narciso perfecto, que no canta
como lo hacen las aves en la tierra.

Me quedo con el árbol, con la piedra,
con el río, con la selva, con el sol,
con el mar, con la luna y las estrellas.

Me quedo con el canto de las aves
que me dan, como premio inmerecido,
la belleza que mide las distancias
en mi oblicuo pensamiento destrozado
y el cosmos gigantesco que me abraza
como un punto, si acaso, matemático.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Del libro "Abecedario poético y otros tantos"


















¿POR QUÉ NO?


¿Poemas narrativos? ¿Por qué no?
¿Poemas intimistas? ¿Por qué no?
¿Poemas de otra índole? ¿Por qué no?
Lo que importa es que el poema
exude poesía.

Cualquier época está bien,
cualquier país, cualquier idioma.
Bienvenidas todas las posibilidades
de llegar a otro estado de conciencia,
que eleve mi sensibilidad
y despierte el talento, aún dormido.

Que el mar, el firmamento
y otros fenómenos del universo
conformen mi dulce compañía.

Me abrazo a las estrellas
igual que a la persona amada:
sin reservas, sin traiciones, sin prejuicios.
Se impone la vida y permanece
más allá de las zarpas de la muerte.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Del libro "Abecedario poético y otros tantos"



















NO LES DIGO ADIÓS…

Zodíacos y constelaciones
que dan al firmamento un rostro bello,
son apenas sujetos fantasmales
que avanzan sin apuro hacia el ocaso.

Todo empieza y termina en esta vida,
sin excepción para materia alguna.
Nada escapa al orden de los cuerpos
que orbitan sin pausa, inexorables,
por el espacio que les da sustento.

La ley es la ley, dicen los sabios,
pero todo es arbitrario, dice el necio.
Ni necio ni sabio, me conformo
con un poco de pan para mi estómago
y un abrigo sencillo para el lecho.

He llegado a la vejez con alegría,
sin añorar la juventud, que no desprecio;
cada uno en su campo viva y goce
sin tratar de recobrar lo que se fue.

Vendrá la muerte, que lo iguala todo,
a ocuparse del resto y del olvido,
convirtiendo en pavesas o en escoria
los pulidos y flacos esqueletos.

En un lugar cualquiera los espero:
amigos, enemigos y parientes
que apenas retengo en la memoria.
Me despido con voz determinante,
y no les digo adiós sino hasta luego.