jueves, 30 de enero de 2014

Del libro "Poemas escandinavos"



EL BARCO DE LOS GIGANTES

Un despistado piloto
enrumbó el barco de los gigantes
hacia los mares del Norte,
y al no poder maniobrar en tales aguas,
se dirigió hacia el canal de La Mancha,
donde la angustia fue mayor
al ver, entre Dover y Calais,
un paso peligrosamente estrecho.

Sólo cuando el capitán ordenó
enjabonar los costados de la nave
para cruzar sin contratiempos,
los marinos se sintieron más tranquilos
en mitad de tan brusca contingencia.

Los taludes de Dover rasparon tanto jabón,
que desde entonces permanecen blancos,
y las olas, al estrellarse contra ellos,
toman formas nevadas y espumosas.

Cuando los gigantes continuaron
hacia las aguas del Báltico,
donde la profundidad es menor,
el capitán hizo arrojar por la borda
todo el lastre disponible;
la nao siguió a flote y el material sirvió
para crear las islas
de Bornholm y Christiansoë.