domingo, 3 de agosto de 2014

Del libro "Trampantojos y otros versos"



LOS UNICORNIOS

Para los que ignoran qué son los unicornios
doy la descripción de tan nombradas criaturas:
Largo cuerno espiral en la mitad de la frente,
parientes de una extraña familia de caballos,
patas de antílope, barbas de chivo y cola de león.

Representan numerosas leyendas medievales
imposibles de resumir en un poema,
no sólo en Occidente sino en Oriente Medio,
en el Cercano y en la lejana China.

Imaginados de una blancura impoluta
y símbolo supremo de la castidad.
Por eso, el que intente capturarlos
debe utilizar como cebo una doncella.

Según renombrados ocultistas
existen cuatro clases de unicornios:
El originario del antiguo Albión,
seguido por Europa, habitante
del territorio que le da su nombre.
El tercero es Carcadan, de Arabia,
India y el continente africano.
Finalmente tenemos el Sinoensis,
conocido como unicornio Oriental.

Son inteligentes y tan rápidos
que ningún cazador puede atraparlos,
menos matarlos o tenderles trampas
aunque utilicen peligrosos métodos,
como recostarse contra un árbol
y aguantar hasta el último momento,
con la ilusión de que al sacar el cuerpo
el animal queda estacado por su cuerno.
No cabe duda que tales despistados
ignoran lo que son los unicornios.

El asta de estos bellos animales,
como los versos de poetas talentosos,
se consideran ingrediente primordial
para encantamientos y otros artificios,
aunque los alquimistas sólo lo acogieran
como uno de sus símbolos mercúricos.

Los parasicólogos los han considerado,
en el momento de interpretar los sueños,
síntoma sublime de las ansias del soñante
junto a deseos de conquista y éxito.

Los ingleses, expertos y ambiciosos siempre,
remplazaron el dragón de Enrique VII
por el unicornio y el león de Jacobo I
como emblema de su escudo nacional.

Los que dicen ignorar los unicornios
debieran consultar en Wikipedia
y otras singularidades a su alcance,
pues estos seres, asaz tan misteriosos,
familiares de la magia y la locura,
son la forma suprema de la poesía.

Del libro "Trampantojos y otros versos"



SIETE

Siete son los grados de la perfección
y siete el número de la vida eterna.
Siete las terneras en el vaso de Entemena,
perteneciente a la cultura sumeria.
Siete los textos del Corán, relacionados
con los centros sutiles del hombre.
Siete el número del universo en movimiento,
asociado con el cuatro y con el tres.
Siete los ojos de Dios según el profeta Zacarías
y siete las cabezas del dragón en Apocalipsis 12.
Siete las parejas de cada animal limpio, en el arca de Noé.
Siete las esferas celestes y siete los brazos del candelabro
en el Antiguo y Nuevo Testamento.
Siete los estados de la materia y siete los mundos terrenales.
Siete las dimensiones de la conciencia
y siete los integrantes del Octavo Coro de ángeles y arcángeles.
Siete los habitantes infernales en la cultura mesopotámica
y siete el número sagrado en el culto de Apolo.
Siete los espíritus en la vara de José
y siete los personajes en la tragedia de Esquilo.
Siete los Jefes de la guerra entre Polinices y Etéocles.
Siete las torres y las puertas de Seamus Heaney
en una de sus grandes obras: “Sepelio en Tebas”.
Siete los pilares de la sabiduría en religiones antiguas
y siete los del libro de Thomas Edward Lawrence,
más conocido como Lawrence de Arabia.
Siete las vacas flacas y siete las vacas gordas
en los sueños del Faraón interpretados por José.
Siete los años para construir el templo de Salomón
y siete los pilares del mismo.
Siete los pecados capitales y también los de provincia.
Siete los sacramentos de la iglesia católica.
Siete las Obras de Misericordia
y siete las palabras del perdón
pronunciadas por Jesús crucificado.
Siete los dolores padecidos por María.
Siete las maravillas del mundo antiguo
y siete las del moderno.
Siete las Partidas de Alfonso X el Sabio,
siete los Tratados de Juan Montalvo
y siete los ensayos de José Carlos Mariátegui.
Siete los colores del arco iris
y siete las notas musicales.
Siete los días de la semana.
Siete los viajes de Simbad el Marino
y siete los mares de que hablaban los piratas.
Siete las cabritas de la constelación
y siete las vidas que tiene el gato
(aunque muchos hablan de nueve).
Siete las bellas artes
(y si no que lo diga el cine).
Siete los hermanos de Pulgarcito
y siete los elementos que utiliza
el poeta Jaime Jaramillo Escobar
para sazonar sus fakíricas comidas
en el silencio de su apartamento.
Siete las preferencias en mis deseos eróticos
(tan intensas que pienso que son catorce).
Siete los enanos de Blanca Nieves
y siete las Blanca Nieves para este enano.
Siete el número de la suerte
y siete los diamantes que perdí por un amor.