AL
DUQUE VAPULA
Ya
que puedes gobernar con eficacia
cuarenta
menos cuatro legiones demoníacas
y
tornar diestros a los hombres
en
mecánica y filosofía,
hacerlos
alegres y más sabios
cuando
apareces con tus alas de grifo
y
cuerpo de león
sobre
tus amplios y fértiles ducados,
te
pido, con respeto y consideración,
que
implantes tus cualidades en mi espíritu,
para
seguir el ejemplo y conquistar
un
escaño mayor en los infiernos,
adonde
pienso viajar próximamente
con
el fin de vengarme de mi amada,
muerta
no hace mucho
por
el último con quien me traicionó.
Si
aceptas concederme este favor
prometo
que cuando estemos juntos
seré
tu fiel asesor y tu mejor amigo,
holgando
con todas las bacantes
para
rabia y tristeza de los envidiosos
que
se niegan a mirar con buenos ojos
el
placer intransferible de la libertad.