AMARILLO
Avivas
la flor de la retama y cubres
la
piel de limones y naranjas
en
los cultivos del oriente asiático.
Tercero
en el espectro, nos invades
con
tu monarca el Sol cada mañana.
Ardiente
como el fuego, eres señal
de
la aguda intuición y el intelecto
que
por lucíferos caminos nos conducen
hasta
el trono de los reyes y los dioses.
Destierras
la ignorancia con tu brillo,
dispuesto
siempre a la investigación,
y
en los sueños anuncias los mensajes
de
quienes pueden retener sus logros.
Doras
la noche con la Luna helada,
las
estrellas y las constelaciones,
el
largo espinazo que acompaña
nuestro
viaje por la inmensidad.
Amarilla
es la riqueza y es el ojo
de
los tigres en la oscuridad.
Amarillo,
amarillo y sólo eso
puede
brindarte mi espejismo eterno
como
prueba de fidelidad,
frente
a viejas promesas pronunciadas
en
los albores de mi juventud.