domingo, 16 de febrero de 2014

Del libro "Poemas escandinavos"



LA OLLA DE LAS POCIONES

El dios del mar (entre sajones Eagor)
simbolizaba un recipiente gigantesco,
cuando el agua llegaba enfurecida
a romper los peñascos de la costa.
Los marinos vociferaban cada vez
que observaban el mágico fenómeno:
“¡Cuidado que ahí viene Eagor!”

Era entre los pueblos nórdicos
El Ocultador o Amparador,
por guardar en el oscuro abismo
los secretos que se le confiaban
y las cosas que caían en su poder.

Dejaba en ocasiones la vivienda
para visitar a los esir en Asgard,
donde escuchaba los relatos de Bragi
sobre las aventuras de otros dioses
y bebía el aguamiel que se guardaba
en la olla celestial de las pociones.

Aunque hirvieran las aguas del océano
(quizás por tal razón), la gran vasija
era algo real para los escandinavos.

Existen también otras leyendas,
como aquella de los dos sirvientes
que iban sazonando el alimento
con la fosforescencia marina
en la florida estación primaveral.
Famosos además por presentar
exóticos detalles a los invitados,
mientras éstos gozaban del banquete
en los manteles de las profundidades.