lunes, 23 de septiembre de 2013

Del libro "Poemas al Futhark"



POEMAS AL FUTHARK (15)

Eres el signo de la mano abierta
que firme intercepta las desgracias,
fundamento y señal casi instintiva,
contra rechazo y posesión del mal.

Te llevan, Eohl, curtidos combatientes
como Runa protectora en las batallas;
eres garra de halcón según lo afirma
el gran poema rúnico noruego.

También instrumento de chamanes
conectado con el vuelo majestuoso
y los vestigios de la bestialidad.

Estás relacionada con los pájaros
porque aportas el contacto implícito
de los planos humanos superiores
que permiten llegar hasta los dioses.

Simbolizas igual el grueso escudo
que protege la vida del guerrero,
y eres usada contra el mal de ojo
en ataques traicioneros o maléficos,
incluyendo al charlatán indeseable
que propicia situaciones engorrosas.

Sabes curar mis infinitos males
y ahuyentar las tropas enemigas,
por ser desagradables o infelices,
en mi casa, mis campos y caminos.

A cambio seguiré las posiciones
exigidas por ti para el que invoca:
ambos brazos tendidos hacia arriba
con palmas de las manos hacia afuera,
las piernas juntas como fuerte lanza,
el tronco firme y la mirada austera.
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EL FUTHARK

La palabra Runa significó en un principio “rugido”, pero con el tiempo la evolución semántica le dio la noción de “secreto susurrado al oído”. En todo caso, las Runas son un alfabeto mágico utilizado por las tribus germánicas de la Europa precristiana, del que se conocen distintas variantes, cada una con diferente número de caracteres. Odín, dios supremo del panteón escandinavo, ganó las Runas al permanecer colgado del árbol Yggdrasil (el gran fresno sagrado), durante nueve días con sus noches, herido de un lanzazo. En cuanto al origen histórico de las Runas, es todavía más confuso que su origen mítico.
Con el transcurso de los años aparecieron distintas versiones del abecedario rúnico, añadiendo algunos caracteres, mientras otros caían en desuso. Así, hoy tenemos tres variantes principales, de las que se derivan versiones secundarias. A la más antigua de sus formas se le llama Futhark común o germánico, que consta de veinticuatro signos, más otro, añadido posteriormente, denominado “Runa blanca”.
El nombre de este Futhark resulta de las seis primeras letras, de los seis primeros nombres (Feoh, Ur, Thorn, As u Os, Rad y Ken) que se traducen por f, u, th, a, r, y k. Fue el más usado en el norte de Europa continental, entre los siglos V y VIII d. de C.
La segunda variante es la anglosajona, utilizada en Gran Bretaña, entre los siglos V y XII d. de C. Constaba de veintiocho letras, aunque llegó a tener hasta treinta y tres.
La tercera es la del Futhark nórdico o escandinavo, utilizada en Islandia y en la península que conforman los países de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca. Tuvo su auge entre los siglos V y XII d. de C. Y es la que ofrece mayor número de formas escritas.
Los demás Futhark tienden a ser variantes criptográficas de alguno de los tres abecedarios rúnicos principales.