martes, 30 de abril de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–32

Un grupo de amigos muy kerido
tiene en su kasa una perra ke se llama Lulú.
Kuando llego a visitarlos
o a realizar los ensayos de teatro,
sale presurosa a saludarme
kon una emoción ke es kasi humana;
salta, korretea y me lame las manos,
komo si fuera yo el Señor del universo.

Lulú es suave y peluda,
de porte pekeño, aseada pero dískola,
y kuando se siente regañada
korre a eskonderse en su rinkón,
debajo de la silla, para kranear kon certeza
los daños ke hará más tarde.

Tiene el sentido de la amistad muy desarrollado
y kapacidad para dar y recibir karicias.

A mi modo de ver, Lulú es una perra sabia:
No ladra de filosofía,
religión, polítika, ciencia o esoterismo,
porke sólo entiende de kariño y de ternura.

Kada dos semanas mis amigos la bañan
y de tarde en tarde le kortan el pelo,
blanko komo un vaso de leche.

Konoce el arte de tenderse en la kama
imitando princesas orientales o a la misma Kleopatra;
no le importa ke sus amos beban,
rían o lloren, pues siempre está imbuída
en el akto de su buen vivir.

Miro a Lulú kon respeto y mucho amor,
y kreo ke las personas ke viven komo ella
son seres honestos y en toda forma konfiables,
porke tenderse en la kama a kualkier hora,
en medio de almohadones y kojines,
induce al pensamiento limpio y sosegado
sobre las kosas mejores de la vida.

Grandes inventos y realizaciones artístikas
surgieron kuando sus autores deskansaban
lejos de las presiones sociales,
en silencio y soledad.

Un poeta puede eskribir textos inmortales,
un músiko melodías sublimes,
un filósofo kambiar el pensamiento,
o un científiko deskubrir mundos ignorados.

Lulú, por lo tanto, es un ejemplo
para los amantes del arte y la kontemplación,
también para kienes valoran la amistad
y komprenden ke la vida
es algo más ke konseguir dinero.

Kuando los dedos de los pies están libres
komo las patas de la pekeña Lulú,
es fácil pensar, hablar, eskribir y organizar las ideas,
porke todo lo envuelve un aire de fantasía,
un hálito de belleza mágika.
En tales kasos,
existir no es krudeza sino transformación.

Kuando se está trankilo en la kama
los múskulos deskansan, se regula la cirkulación
y se producen otros fenómenos ke facilitan la koncentración
klara y aguda, placentera y saludable.

Sigamos, pues, el ejemplo de Lulú,
ke sin tediosas diskusiones de auditorio
nos enseña kon sus aktos
la verdadera importancia de vivir.

sábado, 27 de abril de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–31

Hacer de nuestro okaso el período más feliz
demuestra inteligencia y sabiduría.
Fuera ya de la franja laboral
podemos esperar, kon agrado y sin temores,
la llegada de los años ke se avecinan
kon sus hebras de plata y sus kansancios.

Las nuevas aktitudes hacia el sexo,
el amor, los juegos y el trabajo,
determinan la vejez ke deseamos.

Kruzar sano y lúcido los kuarenta es regocijante,
sin pensar en efímeras konkistas,
rekonocimientos, aplausos o notoriedad.

Si además alkanzamos los cinkuenta,
los sesenta o los noventa
en buenas kondiciones físikas y mentales,
podremos afirmar kon alegría
ke somos los más privilegiados.

Sabio es kien eskucha a los ancianos,
porke éstos han kruzado más puentes
ke akél kalles.

Una mujer niña es bella para la vista,
pero no tiene la pasión rekerida
para ke la unión de los kuerpos konduzka al paraíso.
El kulto ciego a la juventud es propio de alienados
ke tergiversan valores esenciales
en los países subdesarrollados.

No es ignorancia o desprecio
de lo ke ofrecen los primeros años,
sino ekilibrio de la balanza universal,
donde jóvenes y viejos
pesamos nuestras mutuas kualidades.

Envejezkamos de manera noble
para ke nuestras vidas sean
tan placenteras e intensas
komo lo fueron infancia, juventud y madurez.

jueves, 25 de abril de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–30

Es típiko desnudar a la mujer kon fines komerciales;
unos le dicen publicidad y otros le llaman arte.
En los escenarios, las mujeres están medio vestidas,
mientras ke los hombres lucen sus trajes kompletos.

Kuando el mundo vuelva a ser dominado por mujeres
(es un decir porke siempre ha sido así),
¿veremos akaso hombres semidesnudos
provokando kon sus gestos la sikología femenina,
vestida kon túnikas de paño oskuro?

No hablo de ciertas kulturas orientales
donde las mujeres visten kon dichas túnikas,
sin ke por eso los hombres
se tomen el trabajo de komplacerlas.

El kuerpo del hombre también es bello
y no entiendo por ké se utiliza menos
si las mujeres tienen iguales derechos.

Se desnuda el kuerpo femenino
para komplacer a los hombres,
menos se desnuda a los hombres
para excitar a las mujeres.

Si se pretende ser artístiko y moral,
las mujeres sólo son artístikas
y los hombres básikamente morales.

Fidias y Práxiteles eskulpieron kon igual fervor
kuerpos de dioses y de diosas;
eso sin hablar de de otras kulturas
donde las mujeres son las reinas del Olimpo.

Las mujeres están tan konvencidas
de sus deberes artístikos
ke refuerzan esa doktrina kon dietas
y ejercicios tan rigurosos,
ke atentan kontra su salud físika y emocional.

Esforzarse por mejorar la silueta
para komplacer a los hombres puede ser fascinante,
pero esa ritualización entre los sexos
desde tiempo inmemorial,
es desekilibrada y nociva.

¿No sería justo desnudar también al hombre
kon igual frekuencia,
en el teatro y en la vida diaria,
para goce de la libertad ke signifika
kruzar komo gamos por las avenidas,
kalles, karreteras y kaminos del mundo
entibiando nuestras mutuas soledades
kon el beso y el abrazo desvestidos,
sin tener ke portarnos komo akróbatas?

miércoles, 24 de abril de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–29

El vicio más aberrante de la civilización es el celibato.
Kienes praktikan tan sospechosa disciplina
defienden principios inkisitorios,
y nada más peligroso ke una kabeza fría
sobre un korazón kaliente.

Si todos fuéramos célibes la especie no existiría,
algo aterrador para nuestro egoísmo
o instinto de konservación mal entendido.

No hay maternidad kon un célibe,
y sin maternidad no hay vida;
esto parece no importar
a kienes se deklaran amigos del celibato.

La apología de la kontinencia es kriminal,
salvo si hay káncer en la próstata,
la matriz o los ovarios,
porke lesiona al género humano
y a la naturaleza entera.

No nos dejemos engañar de akellos falsos profetas
ke pretenden neutralizar nuestras dichas y kerencias
kon su atake alevoso a los placeres de la vida.

¿Kómo hablar de familia y sociedad
kuando se obstruyen sus kanales de konservación?
Una vokación literaria, polítika o religiosa
no justifika la esterilización de los instintos,
pues sólo éstos pueden librarnos
de las enfermedades y una muerte prematura.

martes, 23 de abril de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–28

He vivido entre mujeres
y me gustan las mujeres para el amor,
komo amigas y kompañeras.
Esto, sin embargo,
no me impide komprender
y respetar a kienes piensan,
sienten y aktúan diferente.

Entre mis seres keridos y admirados,
hay muchos de preferencias kontrarias.
Hombres y mujeres, mezklados,
podemos vivir gozosos disfrutando
tantas delicias igualmente mezkladas,
sin ke nadie pueda decir ke esté mal
por no ser algo de su inklinación.

Lo anterior para explikar
ke kuando la naturaleza emprendió
su larga tarea de separación sexual,
tomó la belleza y el perfume de las flores,
el trino de los pájaros, los kolores del arko iris,
el beso de la brisa, el arrullo de las olas,
la dulzura de la paloma, la astucia de la zorra,
lo impredecible de las nubes y la volubilidad de la lluvia,
para formar kon ello a la mujer.

Kuenta una leyenda hindú
ke kuando el Adán de su mitología
recibió de Dios ese regalo,
emprendió feliz su ambulancia por la Tierra.
Pero al kabo de unos días regresó, diciendo:
Llévate a esta mujer porke no puedo vivir kon ella.

Su Dios eskuchó la súplika y se la llevó.
Pero Adán se sintió tan solo y desgraciado
ke volvió a su Kreador para implorarle:
Por favor, devuélveme a mi mujer,
porke no puedo vivir sin ella.

Así se hizo una y otra vez, hasta ke Dios,
desesperado por tanta impertinencia,
decidió akabar kon esa ambigüedad
kondenando a sus kriaturas, para bien o para mal,
a unir sus suertes, y les dijo:
Ahora viviréis juntos komo mejor podáis,
kompartiendo vuestras dichas y desgracias.
Les dio luego la espalda y regresó a su cielo.

viernes, 19 de abril de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–27

El tiempo es interesante kuando no se usa,
komo los espacios vacíos de una habitación
ke son los ke dan gusto y trankilidad.
El tiempo ocioso hace alegre y soportable
este modo de vivir tan apurado.

El kulto a la ociosidad entre un infierno de mákinas,
instrumentos, laboratorios y medios de komunikación,
ke son el entramado del progreso,
es algo individual y demokrátiko.
Por eso el gran poeta norteamerikano kantó al individuo,
porke sólo la individualidad nos hace libres.

Muchos preguntarán: ¿Kién es éste ke vive sermoneando
sobre la vida ociosa en kada verso ke eskribe?...
Un poeta sin renombre, ke ha viajado,
sufrido y trabajado bajo toda cirkunstancia,
kon suficientes años para rekonocer
ke tanta karrera mal librada, además del kansancio,
da la komprensión y la certeza
de ke el desapego y el ocio producen felicidad.

Ke me perdonen los triunfadores,
los importantes, famosos y akaudalados;
ellos pueden kontinuar kon sus afanes,
seguros de ke nunka intentaré superarlos.

Mientras konserve la salud ke me akompaña
no kiero lujos ni posesiones,
me kontento kon el kariño de kienes me rodean,
kon mi temperamento artístiko y deskomplikado
kapaz de disfrutar en una tarde, noche o mañana,
la placidez de un instante expresamente inútil.

lunes, 15 de abril de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–26

En Itagüí, municipio de Antiokia,
repúblika de Kolombia en Suramérika,
celebran kada año el Día Mundial de la Pereza.
Es un kulto a la holganza, sin apremios,
ke muestra en cierne la lúdika de un pueblo
ke no ha roto las kadenas de su atraso
pero ke sabe gozar kon lo ke tiene.

Esa aktividad (la de estar ocioso)
konfirma ke la vida es un bankete
donde kada kien eskoge su plato preferido,
demostrando
ke lo importante es el apetito, no el bokado.

El ideal del hombre es trabajar para mejorar su existencia,
pero esto trae también komplikaciones:
nuevas enfermedades, pago de impuestos,
inhibiciones, rapiña, krimen, korrupción,
temores e inseguridad,
un cerebro blando y un hígado endurecido.

Komo el hombre es un animal ke trabaja
le keda poko tiempo para el esparcimiento.

Si pasa una exkursión de cinkuenta o cien personas,
ignoramos ke tras ese inocente paseo
se eskonden miles de trabajadores
ke laboran komo esklavos
para ke dicha aktividad se haga posible.

Porke anhelamos un lugar para deskansar
llegamos del kampo a la ciudad
ansiosos de trabajo y de dinero,
kon el fin de komprar esa tierra ke añoramos
y vemos komo sitio ideal para kurar
nuestras úlceras, dispepsias y migrañas.

Mientras no podamos degustar un vaso de vino
(el vino y el vaso rekieren mucho trabajo)
a kualkier hora y en kualkier lugar,
la karicia imprevista de una flor,
el beso y el abrazo de un kuerpo llameante,
sin afanes, presiones o remordimientos,
estaremos kondenados a sufrir
los llamados beneficios del progreso.

Nada más difícil para la humanidad
ke konseguirse el sustento diario;
para ello se han kreado fábrikas,
desarrollado téknikas,
armado komplejos sistemas financieros
y otros mekanismos perfektos y aterradores
ke pueden konducirnos al suicidio,
markado todo por la ambición
ke pervive komo una paradoja makabra.

Hemos llegado a tal extremo de civilización,
ke junto a las exploraciones interestelares
se nos oprime el korazón y falla
por los grandes aludes de nuestro mundo interior,
perdemos el deseo de komer,
de dormir, de viajar y de gozarnos en el ocio.

Los industriales venden sus produktos a los komerciantes,
y éstos la materia prima y los insumos
para ke akéllos no tengan ke parar sus fábrikas
y la ekonomía siga su kurso progresivo,
generando dinero para ke unos y otros no desaparezkan;
si desaparecieran, el církulo vicioso se rompería kon ellos
y podríamos estar ociosos todo el tiempo
buskando la manera de mejorarnos un poko.