lunes, 19 de enero de 2015

Poema de Albeiro Acevedo en la voz de Verano Brisas



LOS HOMBRES SE MATAN
Albeiro Acevedo

Para los economistas,
especialmente para los doctarados.

Hombres oscuros o verdes o cafés
matan a otros hombres
matan por opciones sexuales
matan por el color de la raza
matan por el género
matan por creencias religiosas
matan por ideologías políticas
matan por deporte
matan por la tierra
matan por todo.

Todos pueden llegar a matar a todos
por todo.

Pero los hombres no han matado
tanto por el sexo
tanto por la raza
tanto por el género
tanto por la religión
tanto por la política
tanto por el deporte
tanto por la tierra
como por el capital.

En la histórica lucha por la propiedad de la riqueza,
la economía es la ciencia que induce a matar,
si es preciso, a todos los hombres por el capital.
Albeiro Acevedo.

Del libro "Poemas misceláneos"



LAS DISCÍPULAS DE BUZIRAGO

Dancemos con Buzirago. ¡Evohé! ¡Evohé!
Fortalezcamos su reino. ¡Evohé! ¡Evohé!
Somos de los íncubos los súcubos. ¡Evohé! ¡Evohé!

Venimos de un pasado tan remoto
como la prehistoria del mundo;
somos las hembras de un culto milenario,
de la fertilidad del universo.

Poblamos Oriente y Occidente
hasta llegar a Lacio.
Luego nos dispersamos por toda Europa.
Desde Egipto hasta Grecia nos han honrado,
y nosotras adoramos el reino de Buzirago.

Hacemos filtros de amor y no de odio
y cabalgamos sobre cualquier símbolo fálico.
Somos deformes y hermosas para Lucifer.
Somos jóvenes y viejas, rubias altas o morenas.

Tenemos manchas de nacimiento,
cicatrices y pezones supernumerarios
para alimentar monstruos y santos,
para que gocen los áulicos de Buzirago.

Somos las bellas que persiguió la Inquisición,
somos el culo de astros y cometas
pero sólo besamos el culo a nuestro Amo.
Él es nuestro monarca, nuestro Dios,
y nosotras sus humildes servidoras
diligentes y orgiásticas como a él le gustan.

Somos el símbolo de la libertad,
del espacioso pensamiento, del placer de la carne.
Somos la flor nocturna de todas las delicias
y con Satanás vamos a todas partes.

Nuestra historia es la historia del exterminio
con instrumentos de tortura, con la hoguera.
Pero somos tan encarnizadas
con nuestro endiablado oficio
que no hay tortura insoportable
en nombre de la lujuria y de la danza,
para complacer a nuestro Rey.

Nos gusta el Reino de las Tinieblas
y vamos a la muerte
tan alegres como a un festín.
No lloramos nuestras desgracias
y reímos a carcajadas cuando Satán nos cabalga.

Somos el terror de los hipócritas
y nuestra crítica no deja títere con cabeza.
Somos la constante de la humanidad,
la bilis de los corruptos, reprimidos e impotentes.

Enamoramos a Jasón y a Ulises
para que no regresaran a su patria,
pero somos las eternas enamoradas del Putas
y de su vasto imperio. ¡Quiera la noche
que jamás nos destierre de su reino!

Somos el alma y el corazón del sexo,
alma y corazón del mundo infernal
donde el amor es consumido por el fuego.
Somos el azote de las nuevas religiones,
salvo de las que siguen los cultos de Satán.

Amamos la posesión diabólica
y comemos macho cabrío,
por abajo cuando está vivo,
por arriba cuando está muerto.
No hay conciliábulo al que no asistamos
ni aquelarre que nos deje indiferentes...
Y así será por toda la eternidad.

Dancemos con Buzirago. ¡Evohé! ¡Evohé!
Fortalezcamos su reino. ¡Evohé! ¡Evohé!
Somos de los íncubos los súcubos. ¡Evohé! ¡Evohé!