viernes, 28 de diciembre de 2018

Del libro "Patente de corso"



















MIRANDO EL MAR

En días soleados, al ver caer la tarde
como un velo, sobre las cordilleras,
emprendo viaje, imaginariamente,
y miro el mar cual manto desplegado
sobre la imbécil multitud humana.

No llora el mar
sino que cubre de vigor la vida;
mar inmenso, noble mar
donde florecen amores y aventuras,
leyendas, tristezas y alegrías.

Mar primigenio, mar perpetuo
que proyecta esperanzas y recuerdos
sobre el dolido corazón del hombre.

Fuerza me das, inquieto mar,
cuando alejas la muerte que amenaza
blandir su guadaña impenitente,
anunciando dolores y agonías.