LOS
INCESTOS DE TOMÁS
Tú
copulando sin descanso
con
tus tías, tus primas, tus hermanas,
en
un contubernio interminable,
mientras
otros partían a la guerra
para
matar o morir como cretinos.
Sedujiste
a tu madre en alta mar
mientras
viajaban por el océano Atlántico.
Ella,
noble y generosa siempre,
te
hizo mancebo de bragueta viva,
acto
repetido en la penumbra tenue
de
su espléndido aposento conyugal.
Tu
padre, triunfante en los negocios,
aumentaba,
sin embargo, su brecha financiera
entre
las piernas de sus tres amantes…
¿Y
qué noticia tienes de tu hermanito menor?
Disfrutaste
el paraíso en esta tierra
salpicada
de robos y de crímenes,
cuando
las gestiones de tus progenitores
te
sustrajeron del servicio militar,
para
afianzarte como sátiro insidioso
en
las alcobas de tus hembras preferidas,
siempre
ardientes, deseosas y dispuestas
a
consumar contigo la cópula incestuosa,
cautivadas
por la furia de tus pocos años.
Mientras
eso acontecía, yo,
con
más edad y menos suerte,
vagaba
entre poemas y arreboles,
saciándome
con masturbaciones,
asimismo
incestuosas y felices,
porque
desde un comienzo supe
que
entre mi mano y mi pene enrojecido,
existía
una complicidad tan firme
como
la tuya con tus bellas primas,
tus
tías, tus hermanas y tu madre puta.