lunes, 4 de julio de 2016

Del libro "Voces de mar y tierra"






PAZ PARA COLOMBIA

Un día, ya lejano en el recuerdo,
las estrellas dejaron de brillar,
y la luna, pesarosa y confundida
por el paso de siniestros nubarrones,
faltó a la cita de los enamorados.
Las luciérnagas huyeron de los campos
heridas por el rayo de la fusilería
que surtió de relámpagos la noche.

Como pardas serpientes, las montañas,
despojadas de amor y de cosechas,
reptaron solas buscando el firmamento
con sus ojos de nieve y de volcanes,
ante la gélida sonrisa de los dioses.

Las aves callaron, y las aguas,
con su verde corriente de cadáveres,
viajaron mudas hacia el hondo mar,
que devoró sin protesta los despojos
de esta tierra rencorosa y vengativa.

Pero ahora, después de mucho tiempo,
la violencia, maltrecha y fatigada,
tomó asiento en el borde del camino
para escribir con temblorosa mano
lo que un pueblo sangrante y contagiado
por la peste del odio y la sevicia,
soñó afligido entre dolor y lágrimas:
¡Paz para Colombia! ¡Sí a la Paz!

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