sábado, 14 de septiembre de 2013

Del libro "Poemas al Futhark"



POEMAS AL FUTHARK (10)

Resistir contingencias climatéricas
y vivir cuando no queda esperanza,
son tus primeros atributos, Nyd,
en aras del mundo y de los hombres.

Si aceptamos todo con sabiduría,
sin tanta destemplanza del espíritu,
será entonces la carga más liviana
que pizca de algodón sobre los hombros.

Igual que aquellas compañeras tuyas,
regulas en Islandia el milagro del amor,
cuando los ungidos aceptan el ritual
que al cumplir con tu deber impones
a quienes luchan por la miel divina.

Eres esa que impele la conquista
de metas más lejanas y difíciles,
por tus íntimas fuerzas desatadas
que permiten resolver conflictos
dejando cada cosa en su lugar.

Necesito por tanto de tu apoyo
para mejorar mis actos voluntarios,
recuperar la esperanza ya perdida
y recibir el destino como venga.

Si me das tan necesarios dones
cantaré cada día ¡Nyd! ¡Nyd! ¡Nyd!
como un oficiante en sus altares,
olvidando desde hoy, con alegría,
que eres la efigie de la necesidad.
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EL FUTHARK

La palabra Runa significó en un principio “rugido”, pero con el tiempo la evolución semántica le dio la noción de “secreto susurrado al oído”. En todo caso, las Runas son un alfabeto mágico utilizado por las tribus germánicas de la Europa precristiana, del que se conocen distintas variantes, cada una con diferente número de caracteres. Odín, dios supremo del panteón escandinavo, ganó las Runas al permanecer colgado del árbol Yggdrasil (el gran fresno sagrado), durante nueve días con sus noches, herido de un lanzazo. En cuanto al origen histórico de las Runas, es todavía más confuso que su origen mítico.
Con el transcurso de los años aparecieron distintas versiones del abecedario rúnico, añadiendo algunos caracteres, mientras otros caían en desuso. Así, hoy tenemos tres variantes principales, de las que se derivan versiones secundarias. A la más antigua de sus formas se le llama Futhark común o germánico, que consta de veinticuatro signos, más otro, añadido posteriormente, denominado “Runa blanca”.
El nombre de este Futhark resulta de las seis primeras letras, de los seis primeros nombres (Feoh, Ur, Thorn, As u Os, Rad y Ken) que se traducen por f, u, th, a, r, y k. Fue el más usado en el norte de Europa continental, entre los siglos V y VIII d. de C.
La segunda variante es la anglosajona, utilizada en Gran Bretaña, entre los siglos V y XII d. de C. Constaba de veintiocho letras, aunque llegó a tener hasta treinta y tres.
La tercera es la del Futhark nórdico o escandinavo, utilizada en Islandia y en la península que conforman los países de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca. Tuvo su auge entre los siglos V y XII d. de C. Y es la que ofrece mayor número de formas escritas.
Los demás Futhark tienden a ser variantes criptográficas de alguno de los tres abecedarios rúnicos principales.