miércoles, 18 de junio de 2014

Del libro "Poética de las sombras"



EL GOLEM

Fui, desde el comienzo, lodo,
y mi nombre se deriva del de Adán.
Amasado con barro del planeta
Yahvé me infundió su propio aliento
para que fuera semejante a él.

Pero alguien decidió crear un golem
que protegiera los judíos de Praga
contra la turba de bárbaros cristianos
que deseaba sin piedad exterminarlos.

Con agua y arcilla de un reciente pozo
lo bendijo después de darle forma
y vida, insertándole en la lengua
una tira de papel con la palabra Shem.

Fue un centinela obediente y riguroso
en los oficios básicos domésticos,
de conducta impecable y servicial,
que ahuyentó los verdugos de la casa
sin descuidar sus tareas cotidianas.

Un viernes, sin embargo, enloqueció
cuando su progenitor pasó por alto
retirar el papel al caer la oscuridad;
sembró terror en las calles del contorno
hasta que su creador y otros rabinos
pudieron capturarlo, desprender la tira
y llevarlo enjaulado hasta la sinagoga.

Dicen las leyendas y supersticiones
que el golem sigue oculto y esperando
en la profunda soledad del templo
que algún mago, aguerrido y generoso,
decida darle vida como antiguamente
lo hiciera conmigo Yahvé sobre la Tierra,
aunque esto sea mi condena y mi desgracia.

Del libro "Poética de las sombras"



EL DESTINO DEL ZOMBI

Desde el fondo de la noche llego
con mis ojos de fuego enrojecidos
y mi andar inerte, vacilante y lento,
evitando los tropiezos del camino.

No levanto la mirada y permanezco
en un silencio sepulcral, árido y frío
frente al rostro de los sobrevivientes,
aunque acato sin protestar las órdenes
que me imparten ridículos mortales.

Cumplo tareas infames y agobiantes
sin descontento ni cansancio alguno,
pero antes de amanecer busco refugio
marchando a mi sepulcro, triste y solo.

Temo la sal como al mayor veneno,
y los granjeros lo saben,
pero mi miedo les importe un higo
porque son de una casta indiferente.

Vago por el campo, temido y temeroso,
como zombi postrado en su desgracia,
cuando la luz se duerme sobre el mundo
vencida y retirada del combate.

Del libro "Poética de las sombras"



EL MENEHUNE DE HAWAI

Oriundo de Hawai en donde habito
soy un duende servicial e inofensivo
como los brownies de la Gran Bretaña,
que trabajan mientras las familias
caen rendidas en profundo sueño.

Nadie me ha visto, o quizás muy pocos,
y lo que ven son mis orejas puntiagudas,
mi cuerpo diminuto, resistente y ágil
que trasforma mi presencia inadvertida
en personaje facundo y pintoresco,
impreciso, inconcreto y singular.