NO ESTÁ LA TIERRA PARA HACER SONETOS
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El
oro de la Tierra está en su suelo
cubierto
por la fauna y por la flora,
que
grita con dolor su desconsuelo
al
golpe de la mano destructora.
Los
ríos corren persiguiendo el cielo
hasta
mares de costas seductoras,
sin
alcanzar a remontar el vuelo
que
los libre de muerte espantadora.
Responde
entonces la fatal pobreza
con
voz amenazante que nos dice
el
sinuoso escenario donde empiezan
el
hambre y la protesta que maldicen
los
abusos sin fin de la riqueza
cuando
a la humana condición desdice.