miércoles, 9 de abril de 2014

Del libro "Poemas montaraces"



MADRE DEL AGUA

Soy un mito folclórico en Antioquia,
Tolima Grande y Magdalena Medio;
me aparezco como hermosa joven
de largo pelo y mirada penetrante.

Con mis ojos, profundamente azules,
fulmino a los que no quieren mirarme
como diosa de las aguas colombianas,
porque tengo los pies vueltos atrás,
ya que la naturaleza, firme y buena,
decidió protegerme de los hombres
con ese ardid tan inocente y sabio.

Persigo niños cuando se hallan solos;
los llamo y les sonrío con ternura
para seducirlos con mis ocurrencias.
Ellos enferman y sueñan con la rubia
que los ama y convida sin temor
a que jueguen junto al fresco río,
donde nadan alegres y confiados.

Aseguran que surgí como leyenda
de una española inteligente y joven
enamorada de un apuesto indígena,
con quien tuvo prontamente un hijo,
que luego ahogaron sus abuelos
en presencia del padre maniatado
y ultimado a la vista de su amada.

Anegada de dolor me lancé al río,
convirtiéndome en diosa de las aguas
sobre el violento territorio colombiano.
Soy por eso apasionada de los niños
y vengativa con los otros seres
que conforman la estulta humanidad.