viernes, 26 de septiembre de 2014

Del libro "Poemas misceláneos"



PARA LOS NIÑOS

Conjuro

¡Fuerza de la palabra y fuerza de la idea
que moras en lo profundo de los abismos humanos!
¡Apoya mi entendimiento, ahora y siempre,
para expresar con claridad meridiana
la esencia de este poema,
como homenaje a los niños!

Invocación

Espíritu luminoso y desinteresado,
padre del Sol, de las Estrellas y la Luna,
de la Tierra, del Aire y de las Aguas:
Te invoco con humildad y fe
para que impongas tu poder
benevolente y creativo
contra el miedo insensato a la Oscuridad
que medra en el corazón de los niños
como un monstruo apocalíptico,
por la turbulencia de nuestras ciudades
repletas de hollín y vano aceleramiento.

Para que los dioses tutelares,
bajo tu sombra cumplan sus promesas
por las cuales les adoramos
con un fervor sin límites,
en los templos erigidos para ello
desde tiempo inmemorial,
sobre las vastas llanuras
y cordilleras que habitamos,
según costumbre de los antepasados.

Te invoco también, oh Gran Espíritu,
para que la tristeza nunca invada
el ámbito alegre y juvenil
de las futuras generaciones,
abocadas a tantas contradictorias batallas
frente al terror y fanatismo crecientes,
para que siempre estés atento
a la demanda de los perseguidos
que imploran tus favores,
sea por ellos mismos
o a través de los sabios de la tribu.

Oh Espíritu de luz y de bondad:
Atiende mi súplica angustiosa,
alejada de toda imprecación,
para que los niños de la Tierra
disfruten las bondades de la vida
en su justa carrera al Paraíso.

Del libro "Por si las moscas"



POR ESO VINO EL SILENCIO

Cuando dejó de quererme
no quiso reconocerlo
y una montaña de hielo
separó nuestros senderos.

Ella quería cantar
bajo el calor de otros cuerpos
y yo vivir de poemas
habitados de luceros.

Por eso vino el silencio,
y cual frágiles veleros
se marcharon las palabras
a jugar en otros puertos.

Una montaña de hielo
separó nuestros senderos.
Qué duro es volver a unir
caminos que ya murieron.