jueves, 1 de mayo de 2014

Del libro "Poemas siderales"


AVATARES CELESTES

El cristianismo,
cuya principal característica no ha sido la humildad,
resolvió, después de la reforma protestante,
exterminar el paganismo del cielo:
Argo Navis fue el Arca de Noé;
Eridanus se convirtió en el Mar Rojo;
el Santo Sepulcro descansó en Andrómeda;
los Tres Reyes Magos vencieron a Hércules
como si fuera un alfeñique,
y así sucesivamente hasta cambiarlo todo.

Como el zodíaco debía tener
el nombre de los doce apóstoles,
Tauro se transformó en San Andrés,
Géminis en Santiago el Mayor,
San Juan Evangelista falleció de Cáncer,
Santo Tomás no metió el dedo en Leo
sino la mano entera,
Santiago el Menor vivió y murió Virgo,
San Felipe se santificó libra por libra,
Escorpión picó a San Bartolomé,
y no sigo la lista porque me mareo.

Los cristianos borraron la corte celestial pagana
que había gobernado el destino de los hombres,
para bien de tramposos y cretinos
que proliferan como ratas
en esta decadente sociedad Occidental.