DECIMOPRIMER
YO
Hija
de Ares y muerta por Aquiles,
fui
reina de las tribus que lucharon
en
las fronteras turcas
desde
sus briosos corceles
cuyas
crines azotaban
los
vientos caprichosos y viajantes,
con
lanzas y flechas puntiagudas,
veloces
como el rayo huracanado.
Tuve
una mirada contundente
sobre
un cuerpo alto y flexible,
de
seno duro, solitario y bello;
mis
miembros, fuertes y firmes,
practicaron
vaivenes de palmera,
siendo
testimonios persuasivos
del
constante ejercicio de la guerra.
Ataqué
sin piedad en las batallas
con
descargas de flecha tan cerradas
que
opacaron el limpio firmamento,
para
llevar doncellas a los gargarianos,
con
el fin de perpetuar mi especie.
Invadí
territorios legendarios,
como
la victoriosa Samotracia
y
la cuna de la bella Safo,
hasta
que un día, ya cansada,
decidí
combatir únicamente
contra
la tribu de los gargarianos.