viernes, 1 de febrero de 2013

Del libro "Patente de corso"



NO ESTÁ LA TIERRA PARA HACER SONETOS

32

Entre tanto cretino denunciado
unas cuantas personas muy valiosas
se salvan de mi dardo envenenado
para turbas rateras y envidiosas.

No exhiben por lo tanto las dudosas
cualidades que muestran los malvados
con sus rostros obtusos de raposa
a perversos ludibrios entregados.

En silencio trabajan buenamente
como pueden hacerlo, con sus actos
nos dan ejemplo al encarar el reto

que aprecia el ciudadano inteligente
de límpida conciencia y noble trato.
Y es por eso que escribo este soneto.
………………………………………

Final de esta saga sonetista.