lunes, 5 de noviembre de 2012

Del libro "León hambriento el mar"



SCAPA FLOW - 1939

Sabemos, dijo el comandante,
sobre la concentración que existe en Scapa Flow.
Los ingleses no son tontos,
pero el U-47 cumplirá su misión con toda calma.
Agregaremos más señales a las diez
que ya luce vanidoso el periscopio.
Tendremos a montón dificultades
y riesgos que pueden ser costosos,
pero nada debemos objetar
cuando llegan medallas para el pecho,
brillando entre las manos de mi Führer.

Como espías las auroras boreales
vigilaban las maniobras submarinas.
Andanadas de torpedos, sin embargo,
apuntaron a los flancos escogidos.

El agua estaba quieta y el fuerte adormecido.
Entonces en la mira surgieron claramente
las dos siluetas duras de un par de acorazados
con sus grandes pañoles repletos de explosivos.

Se oyeron como cantos rugidos espantosos
y entre una tromba de agua, de llamas y de humo,
marcharon los despojos, de bruces al abismo,
bajo las turbias olas del viejo fondeadero,
mientras que Gunther Prien reía complacido,
sorteando los obstáculos con suma habilidad,
hacia su patria grande, con gesto triunfador.