miércoles, 9 de julio de 2014

Del libro "Por si las moscas"



LOS PODEROSOS

Nada cambia, pero esta realidad
que aplasta como un tanque de guerra,
hará que todo se desplace hacia peor:
los humanos degradándose,
la naturaleza degradándose,
el planeta degradándose,
el infinito (que quizás no existe)
degradándose igualmente,
la eternidad (nunca comprobada)
degradándose aún más
en su largo camino a lo innombrable.

Sin embargo, dentro de mí palpita
una alegría y un placer malvados
cuando queda en evidencia
la corruptela de los poderosos.

Nos hablan de moral y democracia,
derechos humanos, justicia y libertad,
pero sus podridos cerebros sólo albergan
el germen virulento de la destrucción.

En tanto yo, pavesa extraviada
en las cavernas de la oscuridad,
desde mi cubil dibujo para ellos
una sonrisa burlona y despectiva,
como un epicúreo consuetudinario
que goza los dones de la vida,
aunque el dolor me asalte.

También, cuando la duda
me hiere rigurosa en la desgracia
y mi estoicismo indomables,
estallo como loco en carcajadas
frente a los poderosos del mundo,
por su franca estolidez desventurada.
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
El tiempo de la farsa ha terminado.