jueves, 9 de enero de 2014

Del libro "Poemas de un esquizofrénico"



CUADRAGÉSIMO YO

Vivo en las chimeneas
de las tierras escocesas,
como un anciano pequeño
y arrugado por el humo.

Soy casero y malicioso
cuando veo que los niños
no quieren irse a la cama
en las horas de la noche.

En medio de la negrura
abandono la chimenea
para arañarles los pies,
halarlos de las orejas,
hurgarles bien las narices,
abrirles mucho los párpados
y obligarlos a mirarme
con sus ojos aterrados.

Les infundo pesadillas
si no mejoran sus hábitos,
pero en el caso contrario
los dejo dormir tranquilos,
teniendo en cuenta, eso sí,
que algún astuto travieso
no arroje sal en el fuego
para impedir que yo escape
fácilmente del cubil.

Del libro "Poemas de un esquizofrénico"



TRIGESIMONOVENO YO

Guardo cierto parecido
con un esqueleto andante
aunque recubro mis huesos
con una piel transparente.

Por las cuencas de mis ojos
proyecto una luz siniestra,
para derribar guerreros
apoyado en mi bastón,
o los derroto a distancia
con mis flechas invisibles.

Mi espíritu trashumante
ambula por Norteamérica
desde hace varios milenios,
a través del territorio
propiedad de los Chippewa,
condición que hace más firme
mi reino en la eternidad.