jueves, 23 de agosto de 2012

Del libro "Las islas del pescador"


PARA ENFRENTAR LA TORMENTA

Cuando la energía del cielo
descargue su locura eléctrica.
Cuando la ebriedad de una lluvia sin fronteras
y truenos implacables desaloje el silencio.
Cuando llamas azules y nubes como sombras
amenacen la Tierra, las aves expectantes,
aléjate de objetos elevados,
no te quedes en el agua.
Arroja el metal y tus zapatos
si tienen suelas con clavos.
Acuclíllate y mete la cabeza entre las piernas
si estás a la intemperie.
Si te hallas bajo techo
no enciendas la radio ni llames por teléfono.
Refúgiate en el centro de la habitación más baja,
lejos de la chimenea.

Y no olvides
que este bello espectáculo de la naturaleza,
protagonizado por millones de saetas incendiarias,
es apenas un tímido reflejo
de esa otra tormenta que nos mata.

Del libro "Las islas del pescador"


ACTO CREADOR

Sentado frente a la máquina
muevo la silla,
me paro,
doy vueltas,
respiro profundo,
descubro polvo en el piso,
tomo la aspiradora,
la dejo,
me siento de nuevo,
pienso en el poema,
miro hacia la pared,
veo una telaraña,
busco la escoba,
barro la telaraña,
guardo la escoba,
regreso,
ajusto la máquina,
reflexiono,
dejo pasar el tiempo,
vuelvo a pararme,
voy hasta el lavamanos,
giro la llave,
cierro la llave,
me dirijo a la cocina,
preparo un emparedado,
me asomo a la ventana,
investigo la nevera,
destapo una Coca-cola,
bebo la Coca-Cola,
camino por el pasillo,
me detengo en el retrete,
me lavo las manos,
retorno a la biblioteca,
escribo dos o tres líneas,
destrabo los tipos,
decido cambiar de tema,
examino el cielo raso,
palmoteo el diccionario,
oprimo el espaciador,
saco el papel del rodillo,
lo lanzo contra el cesto,
introduzco la hoja limpia,
dispongo el marginador,
intento escribir de nuevo,
me levanto una vez más,
avanzo pausadamente,
penetro en la habitación,
llego directo al clóset,
meto la mano,
palpo el revólver...
Salgo a dar un paseo.