viernes, 2 de mayo de 2014

Del libro "Poemas siderales"



NUTACIÓN

Estoy borracha –dice la Tierra–
por los caminos del Cielo,
cabeceo, doy tumbos, me acoquino
y me salgo de la eclíptica.
Sin embargo, no soy yo
sino ciertas estrellas envidiosas
que quieren denigrarme ante los dioses.

El polo celeste muda de lugar
y eso desconcierta mi carrera,
porque no puedo dormir
con tanto bamboleo cósmico.

Los ángulos ecuatoriales cambian
por sus hábitos excéntricos,
mientras yo aquí,
rodando como pera en el vacío,
debo asumir esta carga de cornudos
que aumenta inexorablemente.

La Luna, el Sol y los planetas,
cuando ejercen su atracción fatal
sobre mi cintura grávida,
me ponen en difícil situación
frente al espacio y el tiempo.

Por eso perpetúo mi embriaguez
contra el gusto de los impostores
y farsantes de las matemáticas
que presumen conocerlo todo,
pero ignoran que me voy a reventar.

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