RITUAL Y FUGA
Quemaré en tu
honor troncos de roble
por el calor y
la luz que simbolizas,
pues soy Verano,
compañero de Thor,
y celebro este
ritual tan poderoso
para ahuyentar
de todos los mortales
el crudo
Invierno y la ciega Oscuridad.
Te vestiré con el
color de mi amigo
en mitad de los
triunfos y derrotas
que acompañan
los reyes y el amor.
Pondré anillos
dorados en tus dedos
con brillantes y
finas piedras rojas.
Cuidaré tus
templos, consagrados
al goce y la
salud de los sentidos,
contra el
oscurantismo que procura
destruir nuestro
dulce paganismo.
No hallarás en
la fría Escandinavia,
ni siquiera en
la remota Islandia,
quién te ame
tanto como te amo yo.
Te invito
entonces a emprender la fuga
más allá de los
fiordos donde el agua
es redención
bajo el Sol de cada día
sobre campos
sonrientes y feraces,
y en las noches
bajo las estrellas,
espejo inmenso
de azulado brillo.
Llevaremos a Odín, a Thor, a Freya
y a otros dioses
que quieran conquistar,
con el fuego de
nuestros corazones,
los territorios
que allende nos esperan,
sin temor a
morir entre los icebergs,
destrozados por
el filo de sus bordes.
Viviremos
siempre en esos trópicos
donde la
Primavera es sempiterna
y el Estío da
sus frutos deliciosos,
contrario a las
montañas que cubrieron,
junto a bosques
de rígidas coníferas,
nuestra infancia
con sus pieles de oso.
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