CAMBIOS DE VIDA
Viajé joven por múltiples lugares,
fue América mi pan todos los días,
tuve mares, amores y osadías
que nutrieron mis rústicos cantares.
Conocí la tristeza y la alegría,
el placer y distintos avatares
que me dieron escaño en los altares
donde se impone como Dios, el día.
Hoy, ya reposo en mi vejez, tranquilo,
retirado del mundo y sus querellas.
No me importan los ritos de la fama
ni la falsa amistad de nuevo estilo
que se agota en los pliegues de la cama,
pues tengo el sol, la luna y las
estrellas.
Y un estrambote de sentidos versos,
leído siempre que me
da la gana.
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