¿EN DÓNDE ESTOY?
Tal vez en plena selva,
evitando panteras y serpientes,
en un rascacielos de New York
o en la torre más bella de Dubai.
De pronto, en un socavón
picando tierra y reventando roca
para extraer diamantes,
platino y oro, esmeraldas o carbón.
Qué bueno fuera en la mitad del mar
sobre un barco velero bien dotado,
contemplando ballenas y delfines
como en un calidoscopio imaginario
de grandes visos fantásticos y eternos.
Sin embargo, no estoy allí ni estoy allá
porque somos así los extraviados:
perdidos en la vida y en la muerte,
sin rumbo fijo y sin puerto a donde ir.
Dímelo tú que tienes claridad
sobre esos casos extraños y febriles.
Involucra el sol, la luna y las estrellas,
el amor, la soledad y el desenfreno,
la dicha, la tristeza y el olvido.
¿En dónde estoy?
Quizás en todas partes, o en ninguna.
Qué bueno fuera en la mitad del mar…
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