POR
ESO VINO EL SILENCIO
Cuando
dejó de quererme
no
quiso reconocerlo
y
una montaña de hielo
separó
nuestros senderos.
Ella
quería cantar
bajo
el calor de otros cuerpos
y
yo vivir de poemas
habitados
de luceros.
Por
eso vino el silencio,
y
cual frágiles veleros
se
marcharon las palabras
a
jugar en otros puertos.
Una
montaña de hielo
separó
nuestros senderos.
Qué
duro es volver a unir
caminos
que ya murieron.
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