SIN
TÍTULO
Amo
tu vida azarosa,
tu
convulsionada belleza,
tu
mirada de virgen prostituta,
tus
movimientos lascivos e inocentes,
tus
abismos y cumbres escabrosos.
Amo
tu pasado inconfesable,
tu
palabra incendiaria y tu risa de diablesa,
la
torva y proclive inclinación
de
tus más elementales pensamientos.
Amo
en ti lo de adentro y lo de afuera,
la
constante desvergüenza
de
tus mentiras melosas,
de
tus poses obscenas.
Amo
esa danzante y prostibularia
mezcla
de maldad y pureza
que
derramas sobre mí
cuando
llegas de pronto, inesperadamente,
a
cubrir con tu ternura, ambigua y espontánea,
la
nunca fatigada soledad de mi vida.
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