miércoles, 10 de septiembre de 2014

Del libro "Como simples chalupas al garete"




LA VENGANZA DEL GITANO

–¡Huye lejos, muchacho! ¡Huye
que el cuerpo de tu padre yace en tierra
vigilado por la horrenda noche!

–No huiré, no, aunque se pierda
la paz y tranquilidad que tanto anhelo;
volveré al colegio, cuidaré la casa,
y no descansaré mientras mancillen
este suelo que también es mío.

¡Tiemblen matones de pulidos cuellos,
carnes fofas y cerebro oscuro!
Cuchillos y fusiles despiadados
sangrarán el poema como un río
de cauce rojo y palidez de muerto.

Aunque sellen puertas y ventanas
mis duros perdigones llegarán
como rayos a su carne trémula,
pues mañana, sin anuncio previo,
los gitanos volveremos juntos
a cobrar nuestras deudas atrasadas.

Aunque todos deambulen sueltos
y listos al gatillo duro y simple,
alerta estaremos los gitanos
por los arduos caminos del regreso
cumpliendo los deberes vengadores,
sin tregua ni temor, hasta el final.
Habrá paz y silencio nuevamente
en el viento que llega y que se va.

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