miércoles, 23 de julio de 2014

Del libro "Por si las moscas"



MESTIZAJE

Fluye por mis venas sangre americana
(llamada india por un error de cálculo),
violada, perseguida y maltratada
por oscuros inquisidores que impusieron,
a través de la cruz y de la espada,
una religión intolerante y sátrapa
con una lengua esplendorosa y mágica.

Fluye por mis venas sangre de África,
traída por los traficantes de esclavos
que asolaron el continente negro.
Secuestrados más que prisioneros,
los vencidos viajaban como fruto
de un comercio inicuo y desgarrado,
trayendo, en su impotencia y su dolor,
las supersticiones de sus antepasados,
sus tabúes ancestrales, sus lamentos,
su resistencia y su espiritualidad.

Fluye por mis venas sangre islámica
mezclada con la propia de los invasores
sedientos de riqueza, crimen y saqueo;
sangre con una sensualidad ardiente,
carácter hospitalario, primitivo y nómada,
amor por la poesía, la música y la danza.

Fluye por mis venas sangre nórdica,
llegada por Alaska con el poder vikingo
que cruzó, en los más crudos inviernos,
el congelado cinturón de Bering,
cuando aún los españoles y otros pueblos
se batían en sus Cruzadas medievales
y los potros torturantes de la Inquisición.

Fluye por mis venas sangre polinesia,
llegada hace milenios por el Pacífico Sur
en rústicos pero bien diseñados catamaranes,
saltando de isla en isla con sus dioses
hasta tocar esta tierra exótica y ubérrima,
culminando así su portentosa empresa,
ejemplo y orgullo de navegación marítima.

Fluyen por mis venas muchas sangres
que con sangre han conformado el ego
de este continente selvático y querido.
Que nunca fluya por mis mestizas venas
sangre de razas que se piensan puras,
entes fatales de horrendos genocidios,
ignominiosos en la historia de la vida.

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