martes, 25 de marzo de 2014

Del libro "Poemas escandinavos"



LOS ELFOS

Odín, conductor de todas las empresas,
proporcionó inteligencia sobrehumana
a estos seres provechosos y benignos,
conocidos desde siempre como elfos.

No hurgaron las cavernas del planeta
ni la mansión de los enanos negros
ubicada muchos metros bajo tierra.

Jamás monopolizaron oro y plata,
porque además de ser bellos y reinar
en las oquedades etéreas,
preferían cultivar plantas y flores,
divertirse con pájaros y mariposas
o danzar sobre la hierba humedecida
bajo los rayos de la Luna llena.

Antiguamente fueron dominados
por el emperador de los enanos,
con su consorte Titania,
en la mágica Tierra de las Hadas.

En ciertos momentos visitaban
los domicilios humanos,
trenzando crines y colas de caballos,
juego conocido como nudo de los elfos.

En Alemania y en toda Escandinavia
las familias, sin distinción de clase,
hacían ofrendas buscando sus favores.

Vivían y morían entre los árboles
que cuidaban con devoción entrañable.
Conocidos como Doncellas del Musgo,
eran graciosos y totalmente huecos,
igual que un nicho mirado desde atrás.

Los proscritos mostraban su confianza
arrojando efigies de madera verde
por la borda de sus embarcaciones,
mientras iban con rumbo venturoso
hacia los puertos de la ignota Islandia.

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