CUADRAGESIMONOVENO
YO
Cuando
por vez primera, en la taiga siberiana,
posé
mi pata izquierda sobre la madre Tierra,
surgió
el ajo penetrante y su prima la cebolla.
Protección
es el primero contra fantásticos seres,
la
segunda condimento para exquisitos manjares;
ambos
suelen alejar a visitantes nocturnos
cuya
presencia es nociva o muy poco deseable.
Este
linaje infernal me afianza contra vampiros
si
fabrico las guirnaldas con tallos y bulbos secos,
para
colgar en las puertas y barandas de las camas.
Por
esa misma razón, mi pezuña endemoniada
es
fortaleza segura frente a cualquier maleficio,
diferente
a tanto chisme que contra mí se propaga.
Y
yo, Satán, quedaré gratificado por siempre
con
los que tengan presente la vigorosa influencia
que
proporciona la magia particular de mi casco.
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