miércoles, 13 de marzo de 2013

Del libro "Poemas de Mar-K" (Homenaje a la K)



MAR–K–21

Odiamos kon facilidad al ke sabe de negocios
o es afortunado en los amores;
nunka odiamos a los lokos
porke la lokura nos acerka a la sabiduría,
ke es el kamino de la liberación.

Hasta el idiota despierta cierto kariño
en mentes esklarecidas,
ke komprenden las ventajas de hallar personas
poko agudas o ambiciosas.

Un hombre inteligente no kiere una mujer genial
sino ke sea bella y honesta;
la joven buska en el hombre,
no sabiduría sino rikeza y poder.
Esto parece machismo pero no lo es.

Si las nuevas generaciones han kambiado
no signifika ke sean más nobles o generosas
sino más kalkuladoras y premonitorias.

Los genios más famosos de la humanidad
han sido muchas veces lokos inveterados;
esto no signifika ke kada loko sea un genio.

Buda predikó la línea media en toda aktividad;
tal filosofía kizá no de los frutos
konkistados por Okcidente,
pero sí una existencia trankila y prolongada.

Vivir en un mundo de magia, ebriedad y bribonería
puede llevarnos muy lejos en la senda de la perfekción,
si no dañamos a los demás y sentimos ke la alegría
cirkula por nuestras venas;
esto nos acerka a la poesía
y de la poesía a Dios únikamente hay un paso.

El suspiro del sabio es una metáfora del infinito;
suspiremos profundamente kada mañana
para lograr un atardecer sin apuros
y una noche sin pesadillas ni espantos.

Una vida libre de preokupaciones
es lo mejor ke puede ambicionar el hombre,
porke da independencia y klaridad de pensamiento,
o sea la gloria sobre la Tierra.

Una brizna de cinismo en nuestros korazones
rekuerda lo ke somos y no hace mal a nadie,
es viento ke refreska lo kontrovertido
evitando akciones inútiles y perniciosas.
Pero sólo el sabio maneja bien su cinismo.

El frakaso trae amargura y resentimiento
a personas obtusas y poko reflexivas;
no hay ke temer a las ekivokaciones
si hasta la naturaleza, en sus variedades,
está llena de karencias y es kontradiktoria.

Al vagabundo natural
se opone la filosofía del kaballero moderno;
los filósofos se kontradicen komo el día y la noche,
pero es algo necesario para la armonía
ke brota silenciosa en todas las latitudes.

No hay ke huir de lo social para estar solo,
porke la soledad es un estado del espíritu,
ke habita entre nosotros komo un regalo de Dios.
Dios estuvo solo hasta ke apareció el universo;
hoy no está más akompañado
sino inmensamente triste por su ekivokación.

Dios nos enseñó a errar pero nos dio su cinismo;
por eso la humanidad tendrá una salida dekorosa.

El ke mucho se afana por llegar a su fin,
pierde el enkanto ke tienen las kurvas del kamino.
Franz Kafka decía: Partir: esa es mi meta.
Y aunke Kafka fue infeliz,
el no llegar lo hizo permanente y se halla entre nosotros.
Imitemos lo bueno y evitemos lo malo
ke nos ha dejado Kafka.

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