sábado, 25 de agosto de 2012

Del libro "Las islas del pescador"


TOREO

Vocifera la turba enardecida
dentro de la plaza de toros,
violenta mansión donde la muerte
impone su dominio tenebroso
y grita ¡olé! con vozarrón siniestro.

El secuestro y la tortura miden
de idéntica manera
la conducta del público en tribuna
y la jactancia del verdugo cómplice
con su traje de luces en la arena.

Brota la sangre del cansado reo
sobre el ruedo de la infamia,
para vergüenza de los ofendidos
y divorcio del hombre con la vida.

¡Abajo la mortal carnicería!
El poeta no encubre al agresor
con una capa de silencio absurdo.
¡Fuera los cobardes asesinos
y la espada que hiere a los que sufren!

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