miércoles, 16 de abril de 2014

Del libro "Poemas montaraces"



JINETE NEGRO

Fui Antón García de Bonilla,
caballero de tiempos coloniales,
que ordenó a sus esclavos construir
en una de sus fincas predilectas,
varios lagos junto al Magdalena.

Al morir me torné mito viviente
en tierras de Antioquia y Santander,
siempre vestido de luto y cabalgando
por las noches en mi mula negra.

De mis hombros cuelga un encauchado
con el que cubro mi cuerpo totalmente,
y en la cabeza luzco gran sombrero
grueso y alón, también de color negro,
que oculta mi espantosa calavera.

Mi paso es percibido por el rastrilleo
que produce mi mula en empedrados
y el crujir de mi ruana hecha de caucho,
por mi elegancia tras la capa negra
y altivo porte hasta después de muerto.

Fumo cigarros de diversa marca
y frecuento poblados dormitantes
que anidan quietos en las cordilleras
en noches siempre negras y de negro,
porque negro es el blanco de los seres
que nos vamos del mundo de los vivos
hasta un regreso fantasmal y fiero.

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