domingo, 2 de febrero de 2014

Del libro "Poemas escandinavos"



MI PEQUEÑO VALHALLA

El pequeño Valhalla que deseo
no es el palacio donde caben
los héroes caídos en batalla,
consentidos por lúbricas valkirias;
tampoco el de mil habitaciones,
tan amplias que pueden albergar
novecientos guerreros bien armados.

Menos el que luce en su portón
una indomable cabeza de jabalí
o la calva del águila sagrada
cuyos ojos penetrantes escudriñan
los ignotos confines de la Tierra.

Ni siquiera el palacio de murallas
construido con lanzas relucientes
donadas por cien mil conquistadores,
o el techado con escudos esplendentes
fabricados con piel, acero y bronce,
regalo de un dios comprometido
con francachelas para sus invitados.

No me importan tales lujos mitológicos,
pese a que los amo y los disfruto
con euforia y decisión sinceras;
lo que anhelo en realidad a esta hora
es el amor de tu agreste corazón,
que defino, entre todos los Valhallas,
como mi dulce y verdadero paraíso.