TRIGESIMOSEXTO
YO
Llevada
por mi orgullo adolescente
reté
con mi consorte a Zeus,
lo
mismo que a su esposa Hera.
Como
venganza por mi atrevimiento
hicieron
perecer en un naufragio
al
hombre de mis sueños.
Loca
de dolor me lancé al mar
tratando
de seguir a mi adorado,
pero
Tetis, divinidad compasiva,
nos
transformó en alciones
de
bello verdeazul el dorso,
pecho
moreno y largo pico
preciso
para el arte de pescar.
Calmó
las aguas siete días,
y
pudimos construir un nido
donde
ampollar mis huevos.
Dejando
después el gran océano,
nuestros
hijos se alejaron
hacia
distintos lugares de la Tierra
por
las riberas de ondulantes ríos.
Hoy
ostentan diferentes nombres,
conocidos
en múltiples culturas:
Martín
Pescador en toda Europa
y
Cocaburras en Australia joven.