domingo, 11 de enero de 2015

Del libro "Poemas misceláneos"



DE PASO POR EL TEMPLO DE ODÍN

Ven amiga, bebamos una copa de brandy
o un vaso de cerveza en el Templo de Odín,
antes de viajar a nuestro lecho.
Unas gotas de alcohol incendiarán la sangre
y los besos que aguardan en los labios
bajo la noche intacta y aún joven.

Soy hoja de otoño y tú rosa de abril,
pero nada detendrá la hoguera
en el Bosque de los Cuerpos Abrasados.

Habiendo bebido en el Templo de Odín
sin embriagarnos, más que en el deseo,
iremos hacia el lecho donde esperan
las sábanas limpias y la almohada,
listas para el goce de los dos amantes.

¿Dónde quieres sentir mi lengua cálida?
¿En qué otero mis dedos juguetones?
¿En cuál tierno agujero mi pene subversivo?

Regálame tus jugos sin que el pudor te acose
ni opaquen tu placer el miedo y la vergüenza,
para saciar mi paladar sediento,
mis papilas ansiosas del éxtasis nocturno
que anida en el entronque de tus piernas.

Con vaivén de fruta, tus pechos
rubrican promesas en mi boca
como proa en el mar, hasta tu vientre,
corola secreta de lujuria, última escala,
anterior al puerto anhelado de tu sexo.

No te detengas ahora;
ya bebimos en el Templo de Odín
la cerveza y el brandy que incendian la sangre
y permiten escalar la cumbre de la noche
donde el arcángel llama con su trompeta imperiosa
la desbocada multitud de sátiros
que atropella feroz mis entrañas.