viernes, 24 de enero de 2014

Del libro "Poemas escandinavos"



ASGARD

Desde el inicio de los tiempos
se reservó para morada de los dioses
el centro del sagrado espacio.
Allí se construyó, entre jardines,
e invulnerable como la eternidad,
el castillo celestial de Asgard.

En él, Odín convocó la asamblea
para el Gran Consejo, donde se acordó
el no derramamiento de sangre
dentro de los límites del reino.

Con la idea de garantizar la paz
los dioses construyeron una fragua,
en la cual pudieron diseñar
toda clase de instrumentos y de armas.
Edificaron también muchos palacios,
donde vivieron incontables años
bajo el manto de la felicidad.

Pero Odín y sus colegas,
embriagados por sus muchos logros,
no sembraron la paz entre los hombres,
que aún persisten tozudos en la guerra
como prueba final de su estulticia,
maquillada por la brutalidad.

Del libro "Poemas escandinavos"



EL OTRO

Fui el Odín de carne y hueso,
jefe de los esir en Asia Menor.
Pero los romanos asolaron nuestras tierras
y tuvimos que emigrar hacia Europa,
principalmente a Rusia y Alemania,
Suecia, Noruega y Dinamarca.

En cada uno de los sitios conquistados
dejé un hijo sobre el trono,
y al sentir que mi muerte estaba cerca,
el Supremo antecesor se hirió en el pecho
nueve veces con su lanza, ante los súbditos.

Dijo que era tiempo de volver a Asgard,
donde a los dos nos esperaban,
para compartir con dioses y con héroes,
un sin fin de historias, honores, y festines.