miércoles, 7 de mayo de 2014

Del libro "Poemas siderales"



MECÁNICA CELESTE

2
Dice la máxima:
Dime dónde está ubicado un cuerpo,
inmerso en un campo gravitacional
en determinado momento,
y te diré la ubicación del mismo
para cualquier otro tiempo.

Las leyes universales son precisas
y me pregunto entonces:
¿Dónde diablos te has metido?
¿Por qué no imitas la mecánica celeste
y te dejas ubicar en el pasado,
incluso en el futuro,
si no soportas hacerlo en el presente?

Del libro "Poemas siderales"



MECÁNICA CELESTE

1
No soy Copérnico,
Newton, Kepler ni Galileo;
incapaz por lo tanto de explicar
por qué los fragmentos de materia,
grandes o pequeños, se atraen entre sí.

¿Cómo me afecta la mecánica celeste?
Los movimientos nocturnos
de la causa de todos mis afectos
son lentos, y en lugar de girar
como cualquier cuerpo astronómico,
insiste en lo contrario
para brillar como una supernova.

Me impide colocar la Tierra
en el centro focal del universo
a la manera de Claudio Ptolomeo,
como evidencia de sus presunciones,
con el Sol, la Luna y los demás planetas
junto a la esfera de los cuerpos fijos
girando inermes alrededor de ella.

Digo que cuando las cosas son así
no se puede llegar a un acuerdo
en el mundo crucial de los amores;
todo se rompe o desbarata
si las leyes naturales valen cero,
y no debe caerse en el dislate
de gravitar alrededor de un astro.