lunes, 5 de marzo de 2018

Del libro "Trampantojos y otros versos"

















A MIS POCOS E INTELIGENTES AMIGOS

Opinar sobre casos aislados,
sin ninguna contextualización,
produce inopia, intolerancia y fanatismo,
cuando no una infecta diarrea cerebral.

Desgraciada la sociedad que usurpa
las inquietas locuras del amor
para fines siniestros y prosaicos,
pudiendo utilizarlas para reflexionar
sobre acontecimientos filosóficos,
científicos, religiosos o políticos.

Pobre y bárbara manada,
inmersa en su complejo reptiliano
y su sistema límbico,
lejos del neocórtex triunfante
por la inteligencia y la razón,
donde lo intelectual tiene su sede
al servicio del arte y la cultura.

Me quedo con ustedes, los capaces
de levantar los ojos hacia el firmamento
con un discurso coherente y claro,
sin pasiones ni agresividades.

Fuera de mí
los que rechazan escuchar opciones
porque ven la diferencia como un crimen.
Sólo acepto intelectos comprensivos,
más allá del oscuro basurero
donde yacemos, miserablemente,
mientras una minoría se pudre en el poder,
conseguido a expensas de la guerra,
que torna en monstruo la flaqueza humana.

Bienvenidos a mi modesta vida
ustedes, amigos, que aún aceptan
mi naufragante corazón marino.